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jueves, 26 de julio de 2012

Albert Einstein (II)

... Mi ideal político es el democrático. Todos merecemos un respeto como personas y nadie puede ser idolatrado. El hecho de que otros me hayan manifestado demasiada admiración y respeto sin merecerlo es tan solo una ironía del destino. Supongo que la causa de ello es el deseo, inalcanzable para muchos, de comprender las pocas conclusiones a las que yo, con mis débiles fuerzas, he llegado tras una lucha incesante. A pesar de ello, sé que para conseguir cualquier objetivo en una organización es necesario que uno piense, disponga y asuma la responsabilidad del conjunto. Sin embargo, los gobernados no pueden vivir bajo el yugo de la obligación, sino que deben poder elegir a su gobernante. Estoy convencido de que un sistema autocrático basado en la imposición acaba corrompiéndose en poco tiempo, porque la opresión siempre atrae a los moralmente inferiores y los tiranos talentosos siempre tendrán a canallas como sucesores. El descrédito que sufren las formas democráticas dominantes en la Europa actual no se puede atribuir a la propia democracia, sino a la falta de estabilidad en las cúspides dirigentes y al carácter impersonal del procedimiento electoral. [...] En cualquier caso, el valor principal de una sociedad no es el Estado, sino el individuo creativo y sensible, la personalidad. Ella, y solo ella, es capaz de lo más noble y sublime, mientras que el rebaño, como tal, permanece obtuso en su pensar y apático en su sentir.
A propósito de rebaños, hablaré del peor de sus engendros, el ejército, por el que profeso un profundo odio. Una persona que es capaz de divertirse desfilando en formación al ritmo de una música castrense merece todo mi desprecio. Solo un error puede haber dotado de cerebro a su enorme cabeza, porque solo con la columna vertebral le bastaría para vivir. Esta deshonra de la civilización debería desaparecer lo antes posible. ¡Con qué ardor odio el heroísmo dictado por orden, el crimen absurdo y el maldito patrioterismo!¡Cuán infame y despreciable es la guerra!¡Preferiría que me cortaran en pedazos antes que participar en un acto tan miserable! Pero tengo al género humano en tan alto concepto que creo que este horror ya habría desaparecido hace tiempo si el pensamiento benevolente de los pueblos no se hubiera dejado corromper sistemáticamente por los intereses económicos y políticos propagados por la escuela y la prensa...

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