Visitas

jueves, 22 de diciembre de 2011

Pintura al óleo

La rápida difusión en Flandes, durante el siglo XV, del aceite de linaza como aglutinante de los colores está estrechamente ligada a la obra de los hermanos Van Eyck, Jan y Hubert. El procedimiento de mezclar los pigmentos con aceites grasos era conocido desde la época antigua, pero en Italia esta técnica se difundió con lentitud -parece que uno de los primeros en adoptarla fue Antonello da Messina (c 1430-1479)- y se impuso en la pintura veneciana del siglo XVI. Con respecto a la técnica tradicional del temple, en el que como sustancia aglutinante se utilizaba la clara de huevo, la pintura al óleo ofrecía la posibilidad de superponer varias capas semitransparentes de color y se prestaba mejor al registro de los más pequeños detalles. En el norte de Europa, la rapidez con que la nueva técnica se implantó puede tal vez explicarse, entre otras cosas, por la existencia de una importante tradición miniaturista. El temple se seca rápido, el óleo muy lentamente; la aplicación de varias capas de pintura exige por tanto tiempo y paciencia. Pero el efecto de luminosidad que se puede lograr hace al óleo especialmente adecuado para la representación exacta de joyas, brocados y terciopelos, y sobre todo del color de la piel. 
Precisamente es el detallismo de la escena lo que caracteriza la pintura flamenca a partir del siglo XV; el pincel se recrea no sólo en los detalles de los vestidos y de los objetos domésticos, sino también de los aspectos más minuciosos del paisaje que se abre tras las ventanas. En el arte flamenco se aplica un nuevo sistema de perspectiva: el efecto de profundidad no viene dado por la convergencia de las líneas hacia un punto de fuga, sino por la gradación de los colores según la distancia, procedimiento conocido como perspectiva aérea. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario